jueves, 29 de enero de 2015

Cómo identificar mi propuesta de valor para las empresas

En mi anterior post intenté trasladar una herramienta del mundo emprendedor al de la búsqueda de empleo, y me propuse desarrollar en distintos post los diferentes elementos del Canvas, siempre con el objetivo de facilitar el análisis y la toma de decisiones en los procesos de orientación.

La he comenzado a usar en algunos procesos y  he podido comprobar que es una plataforma muy práctica para que la persona visualice y controle los parámetros que ha de tener en cuenta y le ayude a centrarse y ser más operativa. Resulta un complemento ideal de la ficha de recogida de datos que normalmente utilizamos los orientadores, sobre todo porque el Canvas es para la persona y es ella quién lo trabaja con la ayuda del profesional, permitiendo analizar, diseñar, validar, innovar y reinventar aspectos de su búsqueda.

El momento del proceso de orientación en el que puede aplicarse esta herramienta es en la fase de diseño del plan de acción, una vez identificado el objetivo del itinerario. Igualmente en otros casos se podría hacer en el seguimiento para analizar y ver la posibilidad de “reinventar” la búsqueda de empleo que se está realizando, analizando las acciones que se llevan a cabo para incorporar los cambios oportunos.


El lienzo está en blanco y hoy comenzaremos a darle forma centrándonos en la descripción de los dos primeros bloques. Podríamos decir los más importantes, porque la correcta relación entre ellos determinará en gran parte el éxito del proyecto de búsqueda de empleo.

Bloque 1 (la caja que está a la derecha): Empresas objetivo ¿A qué empresas voy a dirigirme?


Lo primero que haremos es identificar a quiénes nos vamos a dirigir, las empresas en las que buscamos ese puesto de trabajo, a las que les vamos a cubrir una necesidad y las que pagarán por nuestro servicio.

De esta forma, una vez que la persona ya tiene el objetivo claro, puede empezar por preguntarse quiénes serán “sus clientes”, en este caso qué empresas va a elegir para posteriormente trabajar su propuesta de valor, lo que puede ofrecer a esas empresas.

¿A qué empresas nos vamos a dirigir? Tendremos que tener en cuenta que nos interesan todos los datos: sector al que pertenece, actividad central de la empresa, tamaño, ámbito geográfico (local, provincial, autonómica, nacional, internacional), necesidades actuales, problemas a los que se enfrenta actualmente, requisitos claves para los puestos a los que quieres acceder desde la perspectiva de la empresa, canales de difusión que utiliza, sistemas de selección (y quiénes toman las decisiones), perfiles que valora más, perfil ideológico, políticas de personal, salarios, situación económica…

Es importante segmentar las empresas elegidas en función de diferentes criterios (tamaño, sector..) para matizar y adaptar al máximo el modelo de búsqueda de empleo que vamos a llevar a cabo.

Toda la información es clave porque una vez elegidas las empresas y analizadas sus necesidades, todos los demás bloques (nuestra propuesta, los canales que vamos a utilizar para llegar a ellas, el tipo de relaciones a establecer…) estarán en sintonía con esas necesidades para que nuestro proyecto sea coherente y tenga el mayor éxito.

Por otro lado, el canvas no es algo rígido y esa “investigación” sobre las empresas nos pueden llevar a reconsiderar alguna de ellas como objetivo de búsqueda. No se trata de elegir cualquiera, sino ir haciendo una selección de empresas en base a las informaciones que vayamos obteniendo, buscando siempre aquellas que puedan estar interesadas en nuestro producto (nuestra propuesta de valor). Las posibilidades de éxito no van a depender de lo que necesitamos (un empleo, un sueldo, un trabajo que nos guste) sino de lo que necesita la empresa (alguien que cubra unas necesidades concretas).

Bloque 2 (caja central): Mi Propuesta de Valor



La propuesta de valor es la expresión de las ventajas que el cliente (en este caso la empresa) encontrará al contratarnos. Lo que nos hace merecedores de ser elegidos, lo que podemos aportar para solucionar sus problemas. Es responsabilidad de cada uno ofrecerse y presentarse como la mejor opción para la empresa y el puesto, destacando aquello que le hace realmente valioso. Si no explicamos que contratarnos valdrá la pena, nadie va a hacer grandes esfuerzos por averiguarlo. Por tanto en este apartado hay que expresar de una forma clara y sencilla la razón o razones por la que deben elegirnos a nosotros (nuestro valor).

En la siguiente imagen se reflejan sus características claves:


Tener claramente definida nuestra propuesta de valor nos servirá en muchas situaciones: el currículum, el videocurrículum, la carta de presentación, la entrevista, un extracto de LinkedIn, una breve presentación o elevator pitch para usar en diferentes canales (e-mail, presentaciones…). Pero siempre tenemos que tener en cuenta que hay que focalizarla considerando a quién va dirigida. Muy importante no olvidar que distintas empresas demandan diferentes propuestas de valor. No se trata de presentarnos siempre como el mejor profesional o el más competente, sino como la mejor elección para esa empresa en concreto en función de sus necesidades.

Cómo definir la propuesta de valor

La idea es que la persona reflexione sobre una serie de cuestiones, ayudada por un profesional de Orientación, y que haga una síntesis bien fundamentada y realista que resulte atractiva para la empresa, aportando las mejores razones para despertar interés por su candidatura.


Imagen extraída de http://selfpackaging.es/

Hacernos preguntas sobre quiénes somos y cómo nos diferenciamos de los demás, nos ayudará a analizarnos y sacar conclusiones:

¿Quién o qué soy?¿Qué se hacer?
¿Qué puedo ofrecer? (para solucionar esos problemas que antes identifiqué)
¿Qué me distingue de otros? ¿Qué ventajas tiene contratarme a mí?
¿Qué necesidades básicas voy a ayudar a satisfacer?
¿Qué logros en tareas desempeñadas anteriormente pueden encajar en estas empresas?
¿En qué pueden los demás mejorar mi propuesta de valor?
¿Qué puntos fuertes relacionados con los intereses de la empresa tengo?
¿Qué competencias claves para ese puesto tengo yo?
¿Tengo todas las destrezas adecuadas para la realización del trabajo?
¿Qué metodologías de trabajo utilizadas en esa empresa conozco?
¿Qué beneficios tendría la empresa si me contrata?
¿Qué tecnologías valorables para esa empresa domino?
¿Cuál es mi estilo de trabajo? ¿Está en sintonía con el de la empresa?
¿Qué valor ofrece mi trabajo a esa empresa
¿Qué ventajas puede aportar mi perfil respecto a otros?

No se trata de enumerar todos los méritos como suele ocurrir en muchos currículos, sino identificar aquello que nos hace realmente valioso para ese objetivo concreto (empresa o puesto).

Para ejemplificar esto podría contar el caso de la propuesta de Ángela, una chica cuyo perfil es dependienta-vendedora con formación específica en comercio y experiencia en diferentes tiendas de modas. Encontramos que había un factor que podría ser determinante: conocimiento de confección y experiencia en pruebas de trajes de fiesta y de ceremonias con capacidad de gestionar los cambios a realizar sobre los diseños originales, algo que podría resultar muy útil en algunas tiendas en concreto, algo que la diferenciaría y cubriría una necesidad concreta.

Encontrar la propuesta de valor es una de las tareas que toda persona que busca empleo tiene que llevar a cabo (independientemente de que la refleje en un Canvas o no) y en la que los orientadores tenemos un papel importante en cuanto a que un objetivo del proceso es facilitar el análisis del perfil de la persona y ayudarle a conocerse y sacar conclusiones.

Creo que es una tarea difícil que muchas veces se pasa por alto priorizando las técnicas de búsqueda de empleo, ignorando el valor que la propuesta de valor tiene para reflejarla en distintos soportes y en cualquier comunicación que tenga por objeto la presentación profesional. Y sobre todo para mejorar la conciencia de sí mismo en cuanto a qué valor representa para las empresas, constituyendo un gran potencial para el éxito del itinerario .

Ayudaría mucho utilizar una herramienta de autoconocimiento como el DAFO ya que se trata de que la persona haga un examen y saque todo lo mejor de su candidatura, y al mismo tiempo, identifique barreras sobre las que se pueda actuar para mejorar esa propuesta de valor.

Este blog nació con el objetivo de proporcionar herramientas y aportar ideas y experiencias que pudieran resultar de utilidad para los procesos de Orientación y que nos motiven en nuestro trabajo diario. La verdad es que voy más despacio de “lo aconsejado” (mi total admiración siempre para tantos y tantas compañeros y compañeras que escriben a diario o en breves periodos de tiempo), mi intención es escribir sobre cosas que voy descubriendo y aplicando y necesito un espacio temporal más largo, y sobre lo que a veces no encuentro precedentes, como es el caso del canvas aplicado a los proyectos de búsqueda de empleo (sí  hay mucho y bueno aplicado a la empresa).

Como siempre espero vuestra colaboración y propuestas. Y como siempre digo, lo importante no es el instrumento sino lo que puede ayudarnos a profundizar en aspectos que de otra manera podrían ignorarse. 
Estoy convencida que mejorar el trabajo que cada día hacemos introduciendo elementos nuevos, además de aumentar nuestra motivación, mejora nuestra propuesta de valor como profesionales de Orientación. Y si a veces eso no es muy importante para la entidad para la que trabajamos o pretendemos trabajar, seguro que sí lo será para las personas que vamos a atender. Para mí es más que suficiente.

Quedan siete bloques del lienzo, todo un difícil reto para mí.



Fuente:

http://www.negociosyemprendimiento.org/2014/06/caracteristicas-propuesta-de-valor.html
Plan de Internacionalización con Estilo Canvas. Dr José Sánchez. Universidad de Cádiz.
http://www.buenosnegocios.com/notas/257-5-preguntas-clave-definir-una-propuesta-valor
http://inicianet.com/blog/propuestas-de-valor/